Su empleo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para identificar a más de 300.000 personas denota su imparable ascenso.
Tanto los rasgos faciales como la huella dactilar son datos biométricos. Por ello, la pregunta que encabeza este artículo porque aparece con frecuencia en algunos foros, no debe mover a error. Todo sistema que use parámetros físicos únicos de cada persona para comprobar su identidad es biométrico – del griego bio (vida) y metron (medida).
Aclarado esto, para comparar ambos métodos es significativo el comentario recogido en una empresa de alto nivel tecnológico. Una responsable de la central española de la multinacional coreana LG ha manifestado recientemente que tuvieron que sustituir un lector de huella dactilar por otro de tarjeta RFID cuando un empleado se accidentó el dedo y la lectura de su huella digital se hizo impracticable.
Pero además de resultar un método más higiénico que el de huella dactilar y de evitar esta clase de incidencias, ¿qué hace fiable a los sistemas de reconocimiento facial?. Sobre todo, el hecho de que los datos numéricos podrían llegarse a falsificar con la suficiente pericia, mientras que un rostro es prácticamente imposible de modificar salvo mediante cirugía, e incluso en ese caso ya existen algoritmos capaces de reconocer varias cirugías.
El porcentaje de fiabilidad de un sistemas de reconocimiento facial se sitúa en el 95 % según estudios realizados con la base de datos Labeled Faces in the Wild. Y es más preciso que el ojo humano, como demuestra un estudio realizado con agentes de control de fronteras especialmente entrenados en reconocimiento facial que, en el 14% de los casos, dieron por buenas fotografías fraudulentas.
El sistemas de reconocimiento facial y sus múltiples aplicaciones
Muchos ejemplos muestran la diversidad de usos y el imparable desarrollo del sistemas de reconocimiento facial. No solo para verificar la identidad de una persona desconocida al relacionar su rostro con una base de datos, sino para operaciones cotidianas como desbloquear el ordenador portátil o el teléfono móvil.
El profesor de Ciencias Wei Xiaoyong de la Universidad de Sichuan (Chengdu) ha desarrollado un «lector de caras» que identifica el estado de ánimo de los estudiantes para determinar si participan en la clase o están aburridos. Su medidor le proporciona una curva de cada estudiante que revela si está «contento» o neutro» y no lo utiliza como método coercitivo sino para conocer el grado de interés que despiertan sus clases,
Este profesor técnicamente adelantado ya sustituyó hace cinco años la rutina cotidiana de «pasar lista» por el uso de dispositivos de reconocimiento facial.
Satisfecho de su invento, Wei Xiaoyong ha regalado la tecnología de su «lector de caras» a muchos colegas que dan clase en distintas universidades de toda China y aspira a que su «prototipo analista de emociones» sea de utilidad en el trabajo psicológico, las ciencias sociales y la investigación educativa.
La implantación del sistemas de reconocimiento facial en TOKIO 2020, una prueba de su fiabilidad a gran escala.
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 serán los primeros de la historia en implementar el sistemas de reconocimiento facial para identificar a más de 300.000 personas entre atletas, voluntarios, medios de comunicación y personal de staff. La organización no aplicará esta tecnología para los espectadores, que mantendrán el sistema de billetes y registros de mochilas y bolsas habitual.
Suministrado por la compañía NEC, que asegura contar con la tecnología de reconocimiento facial más avanzada del mundo según el US’s National Institute of Standards and Technology, el sistema implementado relaciona los datos de la imagen recogida por la cámara con la tarjeta de acreditación. NEC ya utiliza su tecnología NeoFace en el aeropuerto Haneda de Tokio, que funciona cuando la persona lleva gorro, gafas o ha envejecido respecto a la fotografía de su pasaporte.
En su presentación se han realizado pruebas con personas de muy distintas características (participó un jugador de voleibol de más de dos metros de altura) para demostrar que el sistema funcionará con tipologías diversas. Y también a gran velocidad, ya que se hizo pasar a muchas personas por delante del dispositivo a un ritmo rápido y la pantalla mostraba casi inmediatamente la imagen de cada una.
Los organizadores han explicado la conveniencia del sistema de reconocimiento facial por su mayor seguridad y para agilizar los accesos a las instalaciones, ya que a los estadios de Tokio no les sobra espacio para instalar controles ni para grandes colas de espera. Además, Tokio 2020 presenta retos de seguridad que van a precisar de una identificación rápida porque a diferencia de Juegos anteriores, los de Tokio no dispondrán de un único Parque Olímpico donde el público se movería libremente entre instalaciones deportivas y puntos de reunión, sino que las competiciones se dispersarán por todo el área metropolitana y será obligatorio identificarse en cada uno de los centros deportivos donde se celebren.
Otro argumento decisivo para tomar esta decisión fue la previsión de que TOKIO 2020 (que se inaugurarán el 24 de Julio) sean los Juegos Olímpicos más calurosos en un siglo, y al agilizar los accesos se busca prevenir los riesgos sanitarios que supondrían las esperas prolongadas a temperaturas entre 35ºC y 40ºC a la sombra y una humedad de más del 80%.