El Presidente de ARHOE (Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles) comenta el aplazamiento europeo respecto al cambio de hora y opina sobre el Decreto de Registro Obligatorio de la Jornada Laboral.
ARHOE apostaba porque el 30 de marzo no adelantáramos la hora, pero hemos vuelto a hacerlo…
España estaba preparada para este año, pero el Parlamento Europeo ha aprobado diferir el cambio horario a 2021 por 410 votos a favor y 192 en contra. Es el momento de hacer didáctica para que cuando se suprima ese cambio que hacemos dos veces al año se adopte el mejor horario según la posición geográfica y los usos y costumbres. Nosotros consideramos que el más adecuado es el GMT + 1 porque es el más equilibrado en horas de luz y oscuridad a lo largo de todo el año. Confiemos que no haya más procesos electorales de todo tipo que retrasen algo que no debería retrasarse y que afecta a todos los españoles.
¿Cómo avanza la implantación del Sello Horarios Racionales promovido por ARHOE?
Lento, porque es exigente para las empresas. No sirve con declarar que tienen planes de conciliación sino que realmente se pongan en práctica, porque este sello evalúa realidades y no voluntades.
Estamos haciendo más accesible la normativa para hacerla viable para las pequeñas y medianas compañías de este país que representan casi el 95& del PIB. Creemos que la pyme y la micropyme también tienen derecho a la conciliación, a mejorar sus procesos productivos para ser eficientes, competitivas y ganar dinero sin perjuicio de que los trabajadores además de un trabajo y un salario dignos tengan un tiempo digno para poder disfrutarlo.
La flexibilidad es un principio recogido en la ley. ¿Qué problemas tienen para aplicarla?
En la pequeña y mediana empresa los modelos organizativos siguen un poco anclados en el siglo pasado. La gran empresa va por delante porque se ha dado cuenta de que si cuida a sus empleados no solamente con salario sino con conciliación y corresponsabilidad, además de mejorar su productividad entre un 10 y un 19 por ciento, cae el absentismo laboral. También mejora su capital humano, ya que el talento empieza a elegir no solo salario sino libertad de espacio y tiempo.
La flexibilidad controlada es un elemento esencial para avanzar en esa línea porque no todo el mundo es igual y existen singularidades de tiempo en función de la responsabilidad y la situación personal de cada uno. Un hombre de 30 años con 5 hijos no es lo mismo que otro sin hijos, pero ambos tienen derecho a disfrutar de la conciliación personal, porque los 46 millones de españoles estamos de acuerdo en que todos somos personas.
¿Cuál es la valoración de ARHOE del nuevo decreto que obliga a registrar diariamente la jornada laboral?
En la medida en que los sistemas de control horario miren y aboguen por esa productividad flexible y controlada, evidentemente iremos todos de la mano. Yo puedo entender que haya una necesidad de control para evitar determinados abusos, pero nos encontraremos en la medida en que se logre sumar a esos sistemas mejoras de productividad que la favorezcan y no impidan la flexibilidad que demandan las empresas y los propios trabajadores. Y no solo referidas al sitio físico de la organización, porque estamos en 2019 y hablamos de smartworking y la capacidad de trabajar en espacios que no son el puesto de trabajo.
Si vamos en esa dirección, ahí nos encontramos todos, pero si lo que queremos es volver a la fábrica, al sistema taylorista del tiempo en el que fichemos para estar sentados y favorecer el presentismo, ése no es un buen modelo socioeconómico para este país. Y haciendo una lectura rígida del decreto, se podría entender que va contra la flexibilidad horaria.
Se delega su aplicación concreta al convenio y en su defecto a los empresarios, que a estas alturas ya saben que la tecnología permite adaptarse a muchos casos distintos y medir más cosas que la hora de entrada y salida…
No es lo mismo una fábrica que una consultora con mil empleados, pero en todos los casos se mantienen tanto el derecho de la empresa a ser rentable y productiva como el derecho del trabajador a disfrutar de conciliación.
«Fichar para estar sentados y favorecer el presentismo no es un buen modelo socioeconómico para este país»
¿Qué parámetros objetivos podrían medir esa productividad?
Es un análisis microeconómico y macroeconómico al que afectan datos como la cuenta de pérdidas y ganancias, la contención de costes, el incremento salarial justo, la participación indirecta de los trabajadores en los beneficios de las empresas… y un marco macroeconómico que dificulte recesiones como la que hemos vivido, en las que por temas de unos pocos ha pagado mucha población de manera completamente injusta.
¿Hasta dónde se puede llegar en la casuística? ¿Es una utopía que hubiera un contrato individualizado para cada persona?
También era una utopía descansar dos días por semana al final del siglo XIX. Al final no son utopías sino temas difíciles pero no imposibles, y no somos ovejas sino personas con diferentes posibilidades. Ahí se verá la evolución de la sociedad y del ser humano, la responsabilidad de los líderes políticos, la responsabilidad de los trabajadores de ser productivos en su puesto de trabajo sin presentismo para que, al terminar de trabajar mucho antes porque han sido productivos, puedan disfrutar su tiempo libre desde una hora más sensata que la de ahora.
La diputada Rocío de Frutos mencionó una sentencia según la cual el trabajo en casa obliga especialmente a controlar la jornada para que no se produzcan jornadas interminables.
El teletrabajo no es la solución a todos los problemas. Se puede teletrabajar en algunas actividades, algunas acciones… un día o dos por semana, pero no tenemos que provocar una desconexión de los equipos humanos de las organizaciones porque acabaríamos en esa sociedad del futuro que nos hace tanta gracia en una película de ciencia ficción pero en la realidad no nos hace ninguna.
Creemos que las máquinas están para servirnos a nosotros y no al revés, y debemos hacer una labor didáctica de esa adaptación: flexibilidad de horarios, flexibilidad de sistemas, y diálogo empresarial con los trabajadores para llegar a soluciones en las que ganen todos. Hay que contar que los sistemas tienen que ser flexibles y adaptarse a la singularidad de las empresas, tanto por su número de trabajadores como por el tipo de actividad que desarrollen.