Cambiar de trabajo es algo que a casi todos nos pasa en un momento u otro. Más en un contexto de fuga de cerebros en el que hay empresas dispuestas a pagar más por el talento. Sin embargo, cuando llega el momento de cambiar de puesto laboral, comienzan a surgir las dudas con aspectos de la nómina como son los devengos.
Aquí vamos a analizar a fondo qué es lo devengado en una nómina, los tipos que existen y cómo afecta una cantidad devengada a la hora de calcular el finiquito para cambiar de empresa.
Qué son
Para muchos, la palabra que estamos tratando aquí es una completa extraña. No debería ser así, ya que todos la tenemos reflejada en la nómina cuando trabajamos por cuenta ajena.
Dicho de una forma muy sencilla, lo devengado no es otra cosa que las cantidades generadas por el trabajador en su actividad. ¿Significa esto que es lo que el asalariado va a recibir como pago mensual en su cuenta? No, ya que hay algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta antes de llegar a lo que será el salario neto.
En términos de economía tradicional, este concepto es el derecho a recibir una compensación económica por una deuda contraída. En este caso, la deuda es la que tiene el empresario con el trabajador por su actividad laboral.
Como ya hemos dicho, estas cantidades devengadas no suponen el salario neto. El motivo es que se calculan con anterioridad a las deducciones que se deben llevar a cabo de forma obligatoria. Lo que sí que suponen es el salario bruto, un concepto que resulta mucho más accesible para la mayoría de los trabajadores.
Es decir, el salario bruto de un trabajador se corresponde exactamente con los devengos que la empresa tiene que satisfacer por la actividad laboral llevada a cabo durante un periodo de tiempo concreto que, en la mayoría de los casos, suele corresponder con un mes natural.
Tipos de devengos
Ahora bien, de ninguna forma se puede llegar a entender que los devengos tengan siempre la misma forma. En cualquier nómina que se revisen se encontrarán dos tipos que son los que están admitidos por ley. Por un lado, tendremos los devengos salariales y, por otro, los devengos no salariales.
Vamos a ver con más detalle primero los que están considerados como salariales para entender perfectamente de dónde proceden estas cantidades:
- Salario base: es la primera cantidad a tener en cuenta. El salario base supone el pago mensual mínimo por la actividad que se está realizando, una cantidad que se acuerda entre trabajador y empresa o que viene recogida en los diferentes convenios.
- Complementos: esta categoría es realmente muy variada, ya que hace referencia a cantidades fijas que se abonan por causas específicas. Puede haber complementos por movilidad, por formación o por trabajar en horarios especiales como el nocturno.
- Horas extraordinarias: esta categoría es muy fácil de explicar, ya que todos hemos tenido que hacer alguna vez alguna que otra hora de más en el trabajo. Si se realizan, estas tienen que venir especificadas en la nómina dentro del apartado de devengos salariales.
- Pagas extra: aquí existe la opción de que las pagas vengan prorrateadas mensualmente, por lo que aparecerán con una cantidad fija en la nómina mensual, o que se paguen dos o más veces a lo largo del año.
- Mejoras voluntarias: esta categoría es bastante inespecífica. Hace referencia a las cantidades que se reciben en especie o que se abonan de forma flexible.
De la suma de todos los conceptos anteriores obtendremos los salariales que componen una parte de la nómina. Es importante no perder de vista que todas las sumas anteriores son las que cotizan a la seguridad social.
Pero, como ya dijimos, hay otra categoría que son los no salariales. Estos no cotizan a la seguridad social y están divididos en los conceptos que puedes ver a continuación.
Los no salariales hacen referencia a conceptos que no tienen nada que ver con el salario y que pueden venir a compensar el gasto que el propio trabajador tiene que hacer para realizar su actividad.
Es aquí donde entran las dietas, ya se paguen en metálico ya de otras formas como con un cheque gourmet, el kilometraje o los gastos en cualquier otro tipo de transporte. No obstante, también hay otras categorías dentro de este tipo de devengos como son las cotizaciones a la seguridad social o las indemnizaciones por diferentes motivos como un traslado.
Las diferencias con las deducciones
Como ya apuntamos, el total de las cantidades a percibir que aparecen en una nómina vienen a darnos el sueldo bruto de un trabajador. Sí, la suma de devengos no salariales y salariales conformará lo que un profesional recibe de forma bruta, pero esto no es ni mucho menos lo que se le va a ingresar en su cuenta bancaria finalmente.
El motivo es que faltan por aplicar las deducciones. Por decirlo de forma muy sencilla, los devengos suman y las deducciones restan. Las cuotas de la seguridad social, la deducción del IRPF, los anticipos pasados si se han llevado a cabo y otros conceptos similares son los que forman forman parte de las deducciones.
Si se toma el total de las cantidades que antes vimos y se le resta el total de las deducciones, entonces se obtendrá el sueldo neto de un trabajador.
El cálculo de la cantidad devengada en un finiquito
Pero, ¿Qué pasa cuándo se desea cambiar de empresa? De todos es sabido que habrá que negociar con la empresa la resolución del contrato, por lo que hay que tener en cuenta las cantidades devengadas para que todo se pueda calcular de forma adecuada sin que el trabajador deje de percibir cantidad alguna y sin que la empresa pague más al profesional que desea cambiar de trabajo.
En torno a esto suele haber muchas dudas. Muchos piensan que un trabajador que deja una compañía no tiene derecho a finiquito. Esto es completamente falso, ya que la cantidad a pagar por este concepto incluye una serie de cantidades no salariales y salariales que se han acumulado con el paso del tiempo.
Hablamos de conceptos como los días de vacaciones acumuladas que no se han disfrutado en el momento de solicitar la baja o de las pagas extras si es que estas no se han prorrateado en la nómina.
También los días trabajados dentro del periodo de nómina en el que se solicita la baja. Por ello, lo normal es calcular el finiquito dividiendo las cantidades a percibir en días en lugar de meses y realizar el cálculo de las jornadas trabajadas durante el mes para sumar más tarde las vacaciones, pagas extra y cualquier otro concepto que sea importante en este sentido y que la ley indique que es un derecho del trabajador. Aquí no van a entrar aspectos extrasalariales como el cheque gourmet de la dieta y otros similares.
De esta forma, debe quedar claro que los ingresos que son las cantidades devengadas deben respetarse en todo caso. Incluso cuando el trabajador sea el que solicite por sí mismo la baja voluntaria de la empresa para irse a otro lugar de trabajo como sucede con la fuga de cerebros, el finiquito debe reflejar de forma exacta todas las cantidades que este debe percibir y que ha acumulado durante su estancia en la compañía.