La Encuesta de Población activa del último trimestre de 2019 permite hacer ya el balance del año completo y refleja que, en términos absolutos, la práctica de las horas extras disminuyó especialmente en la segunda parte del año, cuando los asalariados hicieron 4,75 millones sin cobrar (725.000 menos que en el mismo periodo de 2018). De julio a diciembre, según el INE, el tiempo de trabajo por encima de la jornada pactada sin retribuir cayó un 13,3% respecto al mismo semestre del año anterior.
Aunque las extras sin cobrar ni declarar aún suponen más del 40% de todo el tiempo de trabajo extraordinario, los actores sociales atribuyen este descenso en buena parte a la progresiva aplicación en esas fechas de la obligación del registro horario en todas las empresas. En resumen, se reduce su práctica en general (en hoteles y restaurantes, bajaron más las extras remuneradas) pero cuando aún se realiza, se defrauda en menor medida al haber ahora un mecanismo de control antes inexistente. Como sabemos, la norma obliga a las empresas no solo a llevar un registro horario, sino a conservarlo durante cuatro años a disposición de los representantes de los trabajadores, los empleados y la Inspección.
En declaraciones al diario El País, lo valoraba así Manuel Sánchez Montero, secretario de acción sindical de CC OO que participó en la negociación de destacados acuerdos de registro horario en los últimos meses: “Hay relación entre el registro horario y este descenso. Hay más conciencia en las empresas y hemos notado un cambio en la actitud de la gente. Nos falta por ver es si esta caída se debe solo a la norma o a partir de ahora va a ser algo cultural”. Por su parte, el portavoz de UGT manifestaba que estos datos avalan sus demandas: “Esto demuestra que el registro horario y el aumento de actuaciones de la Inspección tienen efecto”. “Había más descontrol y eso ahora se ha ordenado”, afirma Jesús Lahera, profesor de Derecho del Trabajo. “Ahora hay más empresas en las que a partir de determinadas horas se incentiva que el trabajador se vaya a casa, con medidas como apagar las luces de las oficinas”.
Asturias, ejemplo de las horas extras entre sectores
La extensión de la jornada sin cobrar se concentra en el sector servicios. Casi cuatro de cada cinco horas extras hechas por empleados de banca y seguros no se cobran. En cambio, la relación se invierte en los obreros de fábricas, donde sólo no se cobra una de cada cinco porque también es un sector con mayor afiliación sindical. En la segunda parte de 2019, las ramas donde se trabajan más horas extras sin cobrar experimentaron caídas significativas: comercio (-21,1%), transporte (-23,9%), hostelería (-17,8%) y actividades financieras y seguros (-22%).
Un caso revelador es el de Asturias, donde el control horario no ha frenado las horas extras por el peso de su sector industrial mientras en España se producía ese desplome en servicios. Durante los últimos seis meses del año pasado, el alargamiento de jornada se ha mantenido en Asturias, e incluso se incrementó ligeramente. La explicación a esta divergencia territorial es la estructura económica, con un peso de los servicios mucho mayor en España respecto a Asturias donde la industria representa más del 20% del PIB y en la industria no hay tanto fraude respecto a horas extras no abonadas como en servicios.
En todo caso, como declaró la secretaria de Acción Sindical de UGT de Asturias, Mar Celemín, el pequeño aumento de las horas extras en el último trimestre asturiano no tiene por qué ser una mala noticia para la región si están registradas. “El último trimestre incluye la campaña navideña, en la que tiene mucha influencia la estacionalidad y eso puede generar un incremento de horas extras en servicios. Si baja a nivel nacional y en Asturias no, puede deberse la estructura productiva, porque aquí tiene más peso relativo la industria. En el sector servicios, donde están la hostelería, el turismo y el comercio, hay mucho más fraude y cuando aparece el registro horario es lógico que aflore y disminuyan las horas extras”.
Gerardo Argüelles, de CCOO, apuntó que “las extras son un elemento de ajuste cuando la economía se frena, como ahora”. En el conjunto de esa comunidad, este sindicato denuncia que aún se hacen “176.124 horas a la semana ni retribuidas ni compensadas, que podrían generar 4.400 puestos de trabajo, y que los empresarios de la región se estaban ahorrando 188 millones de euros anuales”.