Mantener la motivación y, con ella, el rendimiento e índice de satisfacción de los trabajadores y los ejecutivos dentro de una empresa no siempre es fácil. Al fin y al cabo, la rutina y la falta de incentivos en determinadas situaciones puede reducir ambos aspectos y afectar negativamente sobre, por ejemplo, la química del grupo. Por ello, la labor de un coach se antoja imprescindible en muchos casos.
¿Qué es el coaching empresarial?
El coaching puede definirse como un método de desarrollo personal dentro del cual una persona con experiencia en la materia (al que en el argot se le denomina coach o “entrenador”) da apoyo a alguien con el propósito de brindarle la orientación, la motivación y la capacitación que necesita para alcanzar sus objetivos.
En el ámbito laboral, el trabajo de este entrenador consiste en proporcionar a los empleados las técnicas adecuadas para incrementar la eficiencia en el desempeño de sus tareas. ¿Cómo? Pues buscando la motivación adecuada para alcanzar el objetivo marcado y, de paso, elevar el nivel de satisfacción personal del trabajador sin importar su nivel de especialización.
¡Ojo! Un coach no es un terapeuta, un tutor o un consultor. La diferencia entre estos profesionales y él radica, fundamentalmente, en la concreción de los objetivos a alcanzar.
¿Y el coaching ejecutivo?
Anteriormente hemos hablado del entrenamiento que este tipo de profesionales pueden brindar a los trabajadores. Sin embargo, hay veces en las que el coachee puede ser un ejecutivo o un directivo. En este caso, su propósito es el de desarrollar sus competencias personales dentro del ámbito de la gerencia.
Evidentemente, las habilidades que se trabajan en este caso son totalmente diferentes. Si en el caso anterior hablábamos del mantenimiento de la motivación, la buena química entre compañeros y la búsqueda permanente de objetivos, en este nos deberíamos enfocar más en el liderazgo, el desarrollo de la gestión estratégica y personal, la coordinación de equipos y las habilidades comunicativas.
¿Para qué sirve el coaching empresarial?
El objetivo fundamental del coaching dentro del ámbito profesional es lograr el desarrollo personal y profesional del trabajador o directivo. Con ello se trata, por un lado, de mejorar su calidad de vida y, por otro, de incrementar su desempeño laboral.
Alcanzar estas metas básicas permite plantear otras en el horizonte que están estrechamente ligadas con ellas. Hablamos, por ejemplo, del incremento en el índice de satisfacción del trabajador y de su fidelidad a la empresa para la que desarrolla sus tareas. No olvidemos que, actualmente, las fugas de talento son un quebradero de cabeza para muchos negocios.
Tipos de coaching
Puede parecer a simple vista que la labor de un entrenador es sencilla, pero tras ella se esconde un gran conocimiento. Esto va a quedar patente en este punto, en el cual describiremos los 6 tipos de coaching para empresas más habituales.
- Sistémico. Considera al trabajador como parte de uno o varios sistemas (el trabajo, los amigos, la familia, etc.), no como un elemento aislado. Evidentemente, todos ellos están conectados, por lo que sus decisiones en uno afectan a los demás. Por ejemplo, si el empleado necesita echar horas extras, seguramente eso tenga un impacto negativo sobre su vida personal. De lo que trata, principalmente, es de encontrar el equilibrio entre todos ellos para que, en base a eso, la empresa pueda tomar las mejores decisiones afectando positivamente a la satisfacción del trabajador.
- Cognitivo. En este caso, el propósito es trabajar los procesos mentales mediante los que el trabajador adquiere sus conocimientos. Hablamos, en concreto, de la percepción, la creatividad y la comunicación. A través de ellos es posible ayudarle a mejorar sus habilidades a la hora de superar problemas prácticos y mejorar su desempeño de un modo inconsciente en la mayoría de los casos.
- Ontológico. Parte de la premisa de que la percepción del mundo por parte del trabajador viene definida por el modo en el que estructura su pensamiento y su forma de comunicarse. Por tanto, mejorando la manera en la que se expresa, será más sencillo alcanzar los objetivos. Para esto, resulta indispensable potenciar las herramientas lingüísticas del empleado y replantear el modo en el que se percibe la realidad.
- Coercitivo. Es el más extremo y, probablemente, polémico. ¿El motivo? Emplea técnicas de alto impacto emocional con el propósito de que el trabajador supere sus miedos e inseguridades. Por ejemplo, si el temor a equivocarse impide a un trabajador expresarse bien en inglés, el coach se encargaría de enfrentarle a esa situación proporcionándole las técnicas adecuadas para que sea capaz de superarla con éxito.
- PNL o programación neurolingüística. Utiliza el método psicológico homónimo con el propósito de averiguar el modo en el que el trabajador interpreta la realidad para, posteriormente, modificar sus conductas. No podemos obviar que las experiencias vividas configuran en muchos casos nuestros patrones de pensamiento y afectan positivamente o negativamente la forma en la que actuamos y pensamos. Por tanto, se trata de una tipología que se centra, principalmente, en el subconsciente del empleado y, sobre todo, en sus miedos e inseguridades.
- Inteligencia emocional. Parte de la premisa de que, para alcanzar el desarrollo personal pleno, es indispensable saber gestionar las emociones. Sin embargo, aunque la labor del entrenador pueda ser útil en este sentido, es el propio trabajador el que, a partir de su autoconocimiento, logra administrarlas adecuadamente y tomar las decisiones adecuadas dentro de su entorno laboral. Es realmente efectivo a la hora de prevenir y reducir el estrés y la ansiedad laboral.
Ventajas y beneficios del coaching empresarial
El trabajo de coaching ejecutivo y/o empresarial se traduce en todos estos beneficios para quien disfruta de sus servicios:
- Mayor conocimiento personal. Probablemente, el objetivo fundamental de este trabajo es permitir al trabajador conocerse mejor dentro de su puesto. Pero ¿por qué? Pues, fundamentalmente, porque así conseguirá descubrir habilidades que no ha desarrollado plenamente hasta el momento y que pueden ayudarle a mejorar su rendimiento. Dicho de otro modo, persigue que pueda hacer más con menos esfuerzo optimizando sus propios recursos personales.
- Perspectiva enriquecida. El entrenador se encarga de incrementar y enriquecer la visión que el trabajador tiene respecto a las situaciones que enfrenta en su día a día. El propósito es que, finalmente, acabe viendo las cosas de manera distinta para que sea capaz de identificar oportunidades y alternativas en la realización de cada tarea.
- Superación de barreras. Los miedos personales y las críticas ajenas pueden traducirse en barreras que todos nos autoimponemos en mayor o menor medida y que impiden que alcancemos nuestros objetivos. Sin embargo, la mejora de la valoración propia y el descubrimiento de nuevas capacidades y habilidades empodera al trabajador y le permite sortear esos obstáculos.
- Descubrimiento de nuevos objetivos. Muchas veces, los trabajadores caen en la rutina e, incluso, en la desidia por culpa de la falta de motivación. Esta viene dada, fundamentalmente, por la ausencia de objetivos claros y cuantificables. Pero, muchas veces, están ahí. El trabajo de coaching empresarial consiste también en mostrarlas al empleado y en descubrirle el modo en el que los puede alcanzar.
En definitiva, a través de los distintos tipos de coaching las empresas tratan de mantener a sus empleados motivados y fieles. Algo que, además, incrementa la cohesión dentro de los objetivos y eleva el rendimiento dentro del ámbito laboral.