El 12 de mayo del año pasado entraba en vigor el registro de horas de la jornada obligatorio tanto para empresas grandes como pequeñas. Desde entonces todas ellas deben controlar diariamente el inicio y el final de la jornada laboral de sus empleados y cometen una infracción cuando la empresa no cuenta con ese registro, cuando no es accesible para quienes establece la ley (inspección, Seguridad Social o representante del trabajador) y cuando no conserva dicho registro durante cuatro años.
BBVA fue el primero de los principales bancos en aplicar el registro horario el pasado 18 de noviembre. Bankia y Deutsche Bank también han firmado sus respectivos acuerdos al respecto con los sindicatos. Banco Sabadell acaba de anunciar a los sindicatos el inicio de las negociaciones y se espera que en breve lo haga Banco Santander.
El último acuerdo ha sido el de Bankia, que entró en vigor el día 1 de enero. En este acuerdo se detalla que no tendrá la consideración de tiempo de trabajo efectivo “el tiempo de descanso conforme se establece en el artículo 34.4 del Estatuto de los Trabajadores; la pausa de la comida cuando se presta servicios de régimen de jornada partida; interrupciones que obedezcan a una razón de índole personal; o las ausencias del centro de trabajo para resolver asuntos personales”.
Inspecciones sorpresa que han resultado estimulantes para el registro de horas
Esta aceleración del ritmo en el cumplimiento de la norma ha tenido que ser provocada en uno de los sectores donde se hacen más horas extras tradicionalmente y donde, aunque la oficina cerrase a las tres de la tarde, los empleados continuaban trabajando dentro de la sucursal con la puerta cerrada.
Sin duda ha influido para que los bancos se tomen en serio el registro de horas la advertencia encerrada en las varias “inspecciones sorpresa” de técnicos del Ministerio que se produjeron el pasado mes de Diciembre en sucursales por las tardes estando cerradas al público.
En aquellas visitas los inspectores destaparon un elevado número de empleados trabajando a puerta cerrada y el Ministerio de Trabajo recordaba a las entidades bancarias de esa manera que el tiempo para implementar el control horario en las grandes entidades bancarias ya había rebasado los siete meses y se había terminado el “período de gracia” concedido por el Gobierno. Pero algunas entidades aún tratan de estirar los plazos alegando que tienen abiertas las negociaciones con los sindicatos para acordar un sistema que controle las horas.
Aún así, no todas las entidades financieras que han adoptado un sistema de registro de horas lo hacen de acuerdo con los sindicatos. A diferencia de BBVA o Bankia, CaixaBank ha optado por no negociar con su plantilla y ha adoptado una guía que recoge sus indicaciones para fichar y contabilizar la jornada laboral de sus empleados. Esta decisión ha sido criticada por CC OO, principal sindicato de la entidad que estudia emprender medidas contra la iniciativa unilateral de CaixaBank.
Entre las entidades más pequeñas, Liberbank e Ibercaja también han comenzado a aplicar el registro de jornada de forma unilateral sin negociar con los sindicatos, que rechazan esta actitud, aunque la justifican más en estos casos por ser entidades menores donde encajaría el acuerdo sectorial.