El próximo 12 de mayo comienza a aplicarse el decreto ley que obliga al registro diario de la jornada laboral para todos los trabajadores y en todas las empresas de España. Esto significa que la Inspección de Trabajo podrá pedir estos registros, que se han de conservar durante cuatro años y que carecer de ellos se considera desde esa fecha motivo «grave» de sanción cuyas multas oscilan entre los 626 y los 6.250 euros. Además, los registros han de estar a la disposición de los trabajadores y sus representantes.
Por tanto, dejar de fichar ya no es una opción. Pero…¿desde cuándo existen los relojes y las máquinas de fichar y cómo han evolucionado?
La primera máquina de fichar que se recuerda es la bundy (llamados así por su inventor, el joyero de Nueva York Willard Bundy), que en 1888 fueron las primeras en fabricarse de manera industrial y se usaron para controlar que los conductores de autobús de Birmingham no arrancaran antes de las horas previstas. Aunque eran rudimentarias (cada trabajador tenía su llave diferente para completar sus registros) fueron pioneras en automatizar los sistemas de registros sin intervención humana (liberando a los empleados de tareas improductivas) y en aportar seguridad a un sistema de control laboral.
Con la evolución de los relojes para fichar en el trabajo llegaron aquellos relojes mecánicos donde se introducían unas fichas de cartulina que originaron el concepto de “fichar”. Aquel aparato imprimía las horas de entrada y salida de cada empleado para que los contables pudieran contar las horas que habían trabajado y cruzarlas con las que cada trabajador debía cumplir según su contrato.
De la cartulina al dedo
Las máquinas de fichar actuales apenas recuerdan aquellas que mostraban el tiempo en esferas analógicas. La evolución de los relojes para fichar ha cristalizado en un terminal electrónico conectado a un ordenador y, aunque perviven las tarjetas magnéticas y las de proximidad, los sistemas más comunes funcionan con un lector de datos biométricos. La máquina, conectada con ordenadores, aplicaciones y bases de datos, automatiza el proceso de registro, ofrece estadísticas con datos segmentados y almacena la información para disponer de ella en tiempo real. Son sistemas que dan seguridad tanto a los trabajadores como a los empresarios y sus registros son garantía fehaciente ante un tribunal en las disputas laborales o ante una inspección de Trabajo.
Los últimos relojes para fichar en el trabajo digitales no emplean claves, códigos o chips reconocibles, sino atributos únicos de los usuarios como la huella digital, la palma de la mano, el reconocimiento facial, el del iris o el de la retina, y estos sistemas más precisos no sólo controlan el tiempo de trabajo del usuario sino su propio acceso al centro de trabajo evitando que sea suplantado por otra persona.
La máquina de fichar del futuro sigue el desarrollo de los teléfonos móviles y sus aplicaciones. Localizables mediante GPS y de un tamaño similar al de las tarjetas de proximidad de las máquinas de fichar digitales, el teléfono es el dispositivo con el que acabaremos fichando.
Por qué elegir los relojes Cucorent para fichar en el trabajo
Acorde con el cumplimiento de la nueva normativa, Cucorent ofrece un servicio personalizado y varios modelos de reloj de fichar que se adaptan a las necesidades de cualquier empresa.
Por ejemplo, el control de presencia Pen-Finger, que permite realizar el marcaje mediante huella y/o contraseña numérica.
- Sus comunicaciones se realizan por Ethernet (TCP/IP) o RS232/485.
- A cada movimiento se le puede introducir un código de incidencia.
- Permite descargar datos en un pendrive.
- Exporta datos desde la Aplicación CUCOTIME en txt, xls…
- Licencia de Control de Presencia según el número de empleados.
- Se alquila desde 35 € mes y se vende desde 325€ + software.