Cuando un empleado trabaja menos de lo que debe, no solo daña el interés de la empresa sino el de sus compañeros más responsables. Todos pierden con el absentismo laboral, que se define como «la ausencia de una persona de su puesto de trabajo en horas que correspondan a un día laborable y dentro de la jornada legal de trabajo». Por ello, el control de absentismo laboral se hace imprescindible y más especialmente en una economía como la española, donde las cuentas de resultados de las empresas tienen un componente mayoritario de costes vinculados a salarios, cotizaciones y prestaciones, como recuerda el VI Informe Adecco sobre absentismo.
Solo con un adecuado control de absentismo laboral se puede poner coto al coste anual de 50.200 millones de euros generado por este motivo a las empresas españolas según estima el último informe publicado por Randstad Research. El estudio, que se refiere al tercer trimestre de 2017 y parte de los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística detalla que 247.000 personas faltan cada día a su puesto de trabajo sin estar de baja médica, y otras 577.000 personas por estar de baja. En total, más de 820.000 trabajadores no acuden a su empleo diariamente con diferentes tipos de absentismo laboral.
Presentismo: otra sangría para la productividad
Más complejo de detectar y atajar es el presentismo laboral, consistente en acudir al puesto de trabajo pero dedicando el tiempo a quehaceres que no están relacionados con el puesto ni con la empresa. En la mitad de las empresas analizadas en el informe de Adecco se detecta el presentismo mientras que en la otra mitad no se aprecian prácticas de presentismo. De entre sus muchas causas, hay una que los directivos tienen la capacidad de corregir, que es la desmotivación del trabajador. Como dice la «coach» Cristina Soria: «Se debería cambiar la palabra «autoridad» por «liderazgo». El líder permite sacar lo mejor de cada uno porque transmite a los trabajadores que el objetivo de la empresa es el de todos quienes la integran. Una actitud estrictamente autoritaria del directivo conduce a la apatía del trabajador, a un presentismo que piensa sólo en la nómina a final de mes y hace que el personal no se implique». Algunas medidas concretas y efectivas según Adecco se relacionan con la flexibilidad de horarios, como la de reconocer la opción de decidir sobre la hora de entrada/salida de acuerdo con las necesidades de cada trabajador, o que éste pueda disponer de una bolsa de horas para atender sus responsabilidades familiares. Tan sólo el 3% de las empresas analizadas por Adecco en dicho informe dispone de paquetes de horas anuales o sistemas de flexibilidad horaria que facilitan la conciliación de la vida laboral y personal.
El control de absentismo es una medida equitativa y responsable
Estas actuaciones motivadoras sobre la flexibilidad y eficaces frente al presentismo son perfectamente compatibles con el control de absentismo laboral a través del control de presencia inteligente y de fácil manejabilidad que proporcionan las empresas especializadas. Un mejor control no significa menor libertad sino mayor equidad entre trabajadores, y toda actuación sobre la flexibilidad puede regularse de modo que no cause costes económicos a las empresas si la recuperación aplazada del tiempo de trabajo se controla adecuadamente.
El control de absentismo laboral beneficia a todas las partes implicadas en la productividad y esclarece los méritos de cada trabajador, al tiempo que facilita la operativa interna de la empresa como una herramienta fundamental para los departamentos de recursos humanos.
Ese coste anual estimado de 50.200 millones de euros es una lacra que debería reducirse hasta su eliminación por el bien de todos.