Nuestro cuerpo desprende calor y hace tiempo que existen las cámaras termográficas. Lo nuevo es que esta tecnología se solía utilizar en la ingeniería y la construcción (para detectar fugas de agua, localizar averías de calefacción) o en misiones de salvamento (localización de supervivientes en un terremoto) y ahora su empleo se ha multiplicado. Las enfermedades víricas como la Covid-19 provocan fiebre y el consiguiente reflejo térmico en la inmensa mayoría de casos, por lo que la toma de temperatura se ha convertido en algo habitual en los centros de trabajo para conocer y prevenir contagios. El tránsito de personas hace necesario agilizar las entradas y salidas con un sistema que ratifique la salud de los empleados con rapidez y aquí entran las cámaras térmicas (porque detectan temperatura), y/o termográficas (porque la convierten en imagen facilitando la identificación inmediata).
¿Cómo funcionan? A diferencia del ojo humano, los sensores de estas cámaras son capaces de captar las radiaciones “infrarrojas”, que desprende cualquier cuerpo a una temperatura superior a -273ºC. Esta temperatura teórica (conocida como “cero absoluto”) es la más baja que se puede alcanzar y en la que dejarían de moverse las moléculas de cualquier material.
Para explicarlo brevemente, como trabajan en el rango ‘infrarrojo térmico’ (entre los -20º y 350ºC aprox.), las cámaras térmicas captan esta radiación invisible al ojo humano a través de sensores conectados a un software que procesa la señal y la representa en una pantalla.
Cómo realizar una termografía de manera fiable
Para garantizar la fiabilidad de una cámara termográfica, la Organización Internacional de la Estandarización (ISO) estableció ya en 2009 (tras la pandemia del SARS) una serie de requisitos que actualizó en 2017 y conviene consultar. Esa normativa contempla el establecimiento de controles mediante termografía infrarroja en lugares de alto tránsito de personas con el objetivo de evitar la dispersión de la enfermedad.
En su uso cotidiano que ahora nos interesa, conviene tener en cuenta algunos factores. Por ejemplo, la temperatura ambiente no debe estar por encima de 24°C ni por debajo de 18º en el espacio donde se realiza la medición, y la humedad se debe mantener entre el 20-30% y el 75%. Además, se debe evitar usar bombillas incandescentes en la iluminación del espacio donde se realice la termografía, ya que son focos de calor que alterarían el resultado.
En cuanto a los individuos que pasen por un control termográfico, no pueden llevar ningún elemento en su cabeza o rostro durante la toma de imágenes. Esto incluye las gafas e incluso la mascarilla, porque la mascarilla genera un calor en la exhalación que cambia la temperatura de la zona del canto mediano del ojo, que es el verdadero punto donde se realiza la medición. Por último, la distancia recomendada para realizar la termografía infrarroja es de entre uno y dos metros y es imprescindible que la cámara esté colocada perpendicularmente a la cara y alineada con sus ojos.
Dónde encontrar cámaras termográficas a buen precio
La empresa especializada Cucorent ofrece en estos momentos dos cámaras termográficas rebajadas para su venta exclusivamente online:
- Cam Temper: Esta cámara termográfica portátil mide la temperatura corporal a tiempo real mediante un sensor térmico desde 1 metro de distancia y notifica de forma sonora un exceso de temperatura. Con captura de imágenes automática y una precisión de ± 0.5ºC, su batería recargable por USB tipo C dura 6 horas y es de Litio 3.7V / 5000mAh. Precio: Antes: 550€. Ahora: 494€
- Cam Temper +: Su versión premium es una cámara termográfica portátil dual que mide la temperatura corporal a tiempo real mediante un sensor térmico y óptico desde 1 metro de distancia. Se puede usar en intemperie y notifica un exceso de temperatura mediante luz y una alarma sonora en el PC. Se conecta mediante usb donde además se visualiza la imagen en directo y el historial de eventos. Precio: Antes: 1200€. Ahora: 990€